Introspección en el aula: yoga, meditación, taichí

La incorporación de prácticas como el Yoga, la meditación y el Taichí en el entorno educativo ofrece una serie de beneficios significativos tanto para los estudiantes como para los profesores. Estas disciplinas promueven la relajación y la gestión del estrés, ayudando a reducir la ansiedad y a mejorar la concentración. Además, fomentan la conciencia corporal y la regulación emocional, lo que puede ser especialmente valioso para los estudiantes en situaciones de conflicto o estrés académico. Estas prácticas también promueven la flexibilidad y la fuerza física, lo que contribuye a la salud general de los estudiantes. En última instancia, al incorporar el Yoga, la meditación y el Taichí en el aula, se crea un ambiente propicio para el bienestar y el aprendizaje, permitiendo que los estudiantes desarrollen habilidades de autorregulación y se enfoquen de manera más efectiva en el proceso de aprendizaje.
Despertando Mentes, Cultivando Calma
La educación, enmarcada en las dinámicas de la globalización, ha cerrado la posibilidad de llevar a las aulas de clase tanto de primaria, secundaria, como de educación superior otras formas diferentes a las tradicionales que permitan la comprensión del mundo y su complejidad. Los currículos han sido cerrados, y se encuentran pensados por tecnócratas que poco o nada saben de educación, pedagogía, y didáctica y cuya única finalidad es alcanzar estándares internacionales y generar una educación para el trabajo, con fines productivistas y en aras de configurar mano de obra barata para el futuro, antes que sujetos críticos, pensadores de los diferentes fenómenos que aquejan la sociedad a escalas globales y locales.
En esta búsqueda de alcanzar objetivos planteado por Estados capitalistas, los procesos enseñanza-aprendizaje se han minimizado a dinámicas bancarias y repetitivas enmarcadas en la competitividad y la búsqueda de eficiencia en tiempos más cortos. Esto ha desembocado en fracturas físicas, éticas y psicológicas tanto para los estudiantes como el profesorado, los cuales son saturados por sus labores diarias que no acaban en el aula de clases; sino que por el contrario se prolongan en la cotidianidad.
Una de estas fracturas es el estrés, un factor que genera problemáticas significativas en los individuos tanto a nivel físico, como psicológico. Este estado de preocupación e intranquilidad constante es una respuesta natural a situaciones complejas del diario vivir y no es sino hasta el pasado reciente que se le ha brindado la suficiente relevancia debido a las rupturas negativas que generan en el diario de vivir de los sujetos. Las corrientes psicológicas contemporáneas proponen entonces que este riesgo (casi que inevitable) afecta hoy día a todos/as los individuos, sin importar su edad, raza o género y que es necesario brindarle especial atención en aras de mantener una sociedad equilibrada y claro está, productiva.
En ese sentido, y ante tales preocupaciones surgen corrientes pedagógicas contemporáneas que embeben de corrientes epistémicas y epistemológicas varias, con la finalidad de incorporar en los proyectos educativos un factor que brinde la posibilidad de comprender la realidad social desde perspectivas no científicas, sino desde diferentes cosmovisiones y racionalidades. Estas otras formas de carácter trans-disciplinar, abogan entonces por la formación de los sujetos no solo a nivel académica, sino también a nivel físico, psicológico, ético e incluso espiritual.
Como ejemplo particular y en aras de alimentar las discusiones dadas a lo largo del seminario se trae a colación el uso del yoga y el Tai Chi en el aula de clases. En el caso del primero, es importante revisar el Movimiento para la Investigación del Yoga, el cual es fundado en 1978 por Micheline Flak, doctora en literatura americana y profesora de inglés y yoga quien por primera vez promueve el yoga como una alternativa en la escuela que llevará al alumnado a un desarrollo integral. El yoga es una práctica de origen Indio, que nace en el siglo V D.C, esta se sustenta en los postulados filosóficos del Hedonismo y la Eudaimonia y está encaminada a la búsqueda del bienestar y la unión con lo absoluto a partir del acondicionamiento físico (la realización de posturas, ejercicios de respiración), y psicológico (a través de la meditación y el control de los pensamientos).
El bienestar, entonces es un factor clave que una vez desarrollado permite a quien le busca un desarrollo eficaz y eficiente en las diferentes esferas de su vida, ya que significa la presencia de un afecto positivo y la usencia de un efecto negativo, brindando así un mejor desarrollo a nivel social, psicológico, físico y espiritual. Es así como el yoga entonces en el aula de clases permitirá: Mejor aptitud física, equilibrio de hemisferios cerebrales, desarrollo de valores morales, desarrollo emocional saludable, incremento de rendimiento académico, aumento de niveles de atención, proporción de vida saludable, mejorar sentido de la vista y de la voz, desarrollar personalidad.
Por su parte, el Tai chi, cuyo significado etimológicamente es "máximo supremo" es una disciplina que se ha practicado durante miles de años en China. Consiste en una serie de movimientos estandarizados, donde predominan las rotaciones de tronco, cabeza y extremidades, mezcladas con una respiración profunda y diafragmática. Con dicha práctica se busca, tranquilizar la mente, fortalecer la estructura muscular, mantener fuertes los tendones y estimular los sentidos. Llevar esta práctica a la escuela permite comprender el mundo desde la sensibilidad, desde la experiencia corporal mientras que paralelamente se mitiga el estrés, el cansancio y el sedentarismo.
Ahora bien, ¿cuál es la experiencia vivida y percibida de alumnos que no practican dichas disciplinas en su cotidianidad?...

Tatiana
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Sebastián
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